3 abr 2012

Via Verde del Noroeste, una ruta turística a descubrir

La alfombra 'verde' ya está desenrollada por completo entre Murcia y Caravaca de la Cruz: un corredor ecológico de casi 80 kilómetros y muy poco desnivel sobre la plataforma del antiguo ferrocarril de vía estrecha que unía ambas ciudades y que ahora se puede recorrer caminando, en bicicleta o a caballo. Naturaleza y patrimonio aquí mismo, a una y otra orilla de la Vía Verde del Noroeste, delante de nuestros ojos y al alcance de nuestros pasos, para disfrutar del camino a nuestro ritmo: por etapas o de un tirón, paseando mientras nos damos un baño de aire puro o poniéndonos en forma. Terminadas las obras entre el campus de la Universidad de Murcia (UMU) y Baños de Mula, el paso necesario para completar el recorrido -el trazado entre Mula y Caravaca se abrió hace ahora seis años-, el Consorcio de las Vías Verdes ya ha equipado la gran ruta ecoturística de la Región con áreas de descanso y albergues y ha pedido ayudas a la Delegación del Gobierno para la regeneración ambiental de las zonas más degradadas. A continuación podemos ver un video de como se desarrolla la ruta completa:



Los siete puntos de alojamiento -Alguazas, Campos del Río, Albudeite, Mula (La Luz), Bullas (La Rafa), Cehegín y Caravaca- están terminados y tres de ellos abrirán al público dentro de diez días -Campos del Río, Cehegín y Caravaca, los dos últimos con servicio de cafetería-. 'La Verdad' recorrió el martes pasado la Vía Verde del Noroeste, en bicicleta, para comprobar su estado de conservación tramo por tramo. Muy bien la recuperación del trazado original, el firme y los equipamientos; regular la limpieza y conservación del entorno en algunos puntos del recorrido; y mal la señalización en los sectores urbanos, donde la deficiente colocación o ausencia de carteles indicativos deja en ocasiones al usuario sin saber por dónde continuar. Es incomprensible que algunos ayuntamientos no aprovechen turísticamente el paso de la Vía Verde por las calles de sus municipios.
La puesta de largo de los nuevos equipamientos se celebrará el sábado 5 de mayo, coincidiendo con el Día de las Vías Verdes. El consorcio está preparando una marcha popular que unirá Molina de Segura y el campus de Espinardo.

ETAPA 1
De Murcia (Campus de Espinardo) a Alguazas. 10 km.
El tranvía nos deja en el punto de partida: podemos subir en cualquier parada de Murcia -incluso con la bicicleta- para llegar descansados al kilómetro cero de nuestra ruta, junto al Centro Social Universitario del campus de la UMU (Espinardo). Un sencillo banco de madera a la sombra, un rústico aparcabicis y un cartel informativo nos dan la bienvenida a la Vía Verde, que iniciamos entre los adosados y chalés de la urbanización Agridulce, en ligera subida hacia el Cabezo del Aire. En los primeros kilómetros se mezclan estudiantes que vienen de Molina en bicicleta, vecinos que hacen deporte o pasean al perro y grupos de personas mayores que tratan de bajar unos miligramos al colesterol malo. Las numerosas deposiciones caninas afean una calzada casi de estreno y dejan en muy mal lugar a sus dueños. ¿Tanto cuesta retirar la caca con una bolsita de plástico? Se agradece la iluminación del túnel de Ribera de Molina: antes era un acto de fe internarse en esa boca oscura, algo así como el paso al aire de Harrison Ford en 'Indiana Jones y la última cruzada', porque no sabías si ibas a llegar al final o te iba a tragar un agujero sin fondo. Es agradable atravesar el centro urbano de Molina de Segura, saludar a la Dama de Manolo Valdés y pasar junto al área de descanso de la vieja estación, ahora ocupada por Cruz Roja. Huertos familiares, casas de fin de semana y algún que otro horror en forma de casoplón bizarro nos acompañan hasta Alguazas después de cruzar el puente sobre el Segura, una de las infraestructuras recuperadas para la Vía Verde. Aquí afrontamos el primer tramo urbano del camino, que se sobrelleva con alguna pequeña dificultad -hay que buscar los carteles, muy pequeños, en las fachadas-hasta llegar al albergue. Cruzamos las vías del tren para continuar y es entonces cuando nos damos cuenta de que no hay manera de saber por dónde hay que tirar. ¿Hacia la derecha, o será por la izquierda?

ETAPA 2
De Alguazas a Mula. 25 km.
Era por la izquierda. Ante la duda, mejor preguntar a un vecino para retomar la Vía Verde lo antes posible, en las afueras del pueblo, porque no hay señalización. De nuevo sobre la plataforma, tenemos por delante un tirón largo y sin pérdidas posibles donde el paisaje cambia. Perdemos de vista el panorama huertano y nos adentramos en la comarca de Río Mula a través de barrancos y planicies desérticas: los 'badlands' que se suceden entre Los Rodeos, Campos del Río y Albudeite, con varias áreas de descanso que alivian las rectas sin fin. Los 'rodeos' son los meandros del escaso río Mula, espacio que tradicionalmente se ha aprovechado para cultivar. Estupendo el albergue de Campos del Río, en pleno centro del pueblo, y no tanto el de Albudeite, en un entorno que no invita demasiado a quedarse. Espectaculares los viaductos sobre el río Mula y las ramblas de Perea y La Belén: parada obligada para mirar al fondo de los barrancos e intuir el hilo de agua que corre oculto entre la vegetación. Un consejo: podemos pasar de largo por Baños de Mula para descansar en el área de La Puebla de Mula, completamente sombreada, antes de internarnos en el Noroeste. El formidable Castillo de Los Vélez -¿cuándo lo veremos restaurado?- será nuestra referencia visual durante los próximos kilómetros.

ETAPA 3
De Mula a Bullas. 23 km.
De nuevo insuficiente señalización al entrar a Mula. Como ya sabemos que la Vía Verde continúa por El Niño, basta con preguntar si nos despistamos. Así que más vale echar un vistazo al gráfico antes de aventurarnos en el recorrido. Pasaremos junto al pequeño apeadero -destinado a albergar un punto de información- y cruzaremos cuatro túneles sin iluminar -y con alguna gotera, que en primavera y verano se agradecen-. Los tres primeros son cortos, pero en el cuarto transitamos completamente a oscuras; la primera vez que lo recorrí, hace seis años, estaba iluminado. Ironías del destino, cuando salimos de las tinieblas nos espera el albergue de La Luz. Sigo mi camino pensando que sería estupendo pasar aquí una noche. El paisaje cambia de nuevo: el aire corre más fresco y todo se vuelve un poco más verde. Algunas de las mejores postales de la Vía Verde las vamos a encontrar a partir de este punto, como el puente sobre el río Mula, los tupidos pinares y las viñas: ¡parece mentira que de estos muñones retorcidos se obtenga un vino tan bueno! La pista termina cuando entramos en Bullas, pero la señalización, aunque es mejorable, no nos deja perdernos. El albergue no lo encontraremos junto a la Vía Verde, sino en el complejo turístico de La Rafa, con todos sus servicios a nuestra disposición. El desvío supone apenas un kilómetro.

ETAPA 4
De Bullas a Caravaca. 22 km.
Nos reencontramos con la Vía Verde después de pasar bajo la autovía del Noroeste. Espectaculares en estos momentos los campos cuajados de flores entre el Carrascalejo y la Sierra de Burete, un tramo que nos depara vistas excelentes durante los últimos kilómetros de nuestro viaje ecoturístico. Llegamos a Cehegín, después de pasar sobre el río Quípar, y comprobamos que tampoco es buena la señalización en el tramo urbano que debemos atravesar antes de alcanzar el albergue -la vieja estación, con una tercera planta añadida que le da un aspecto rejuvenecido- y retomar nuestro camino. Junto con el tramo entre Murcia y Molina de Segura, entre Bullas y Caravaca de la Cruz aprecio otro pico de usuarios, algunos de ellos propietarios de pequeñas fincas que acuden a trabajar sus tierras. El largo túnel entre Cehegín y Caravaca, que en su día fue un criadero de champiñones, está por fin iluminado, aunque no funcionan todos los tubos fluorescentes. La Vía Verde entra a la Ciudad de la Cruz en paralelo a la vieja carretera comarcal 415, aunque el giro a la izquierda para encontrar el albergue no está bien indicado. La llegada a la antigua estación-término de la línea Murcia-Caravaca de la Cruz, que también es la sede de la central de reservas y de la delegación Noroeste del Consorcio de las Vías Verdes de la Región, merece una señalización a la altura del imponente corredor ecológico y patrimonial que acaba de recorrer el peregrino. Esto es lo más importante: la Vía Verde es ahora un espacio vivo que sorprenderá a quien decida dejarse llevar de Murcia al Noroeste.

LAS TARIFAS
  • Noche en albergue. Menos de 30 años: 12,40 euros Más de 30 años: 15,20 euros Tarifa de peregrino: 8,75 euros
  • Catering. Para grupos mínimos de 12 personas, y por encargo. Desayuno: 2,75 euros Comida: 7,5 euros Cena: 7,5 euros
  • Más información. Oficina de la Vía Verde en Caravaca de la Cruz:  
Fuente: La Verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...